lunes, 24 de diciembre de 2012

Del Amigo Secreto y cómo te conviertes en el Grinch en un ratito

Llegó la Navidad y con ella la tradición más odiosa de todas: EL AMIGO SECRETO (entiéndase que con ello me refiero también a la amiga secreta, por si acaso, ¡eh!). En esta época todo es hallacas, pan de jamón, vino, uvas, pernil, ropa interior amarilla y el amigo secreto, entre otras; porque época decembrina (y de sembrina también) que se respete viene acompañada del amigo secreto.




Todo empieza con un inocente: "Hay que repartir los papelitos" y con ello empieza una ola de infortunios: te toca el que no te cae bien de la oficina o del salón, o la gorda que quiere una camisa y sufres pensando en sus gustos y en su talla, la que dice que se conforma con cualquier cosa y que se molesta cuando le regalan algo que igual no pidió, el que cree que uno se levanta por las mañanas y tiene una olla de oro para comprarle el "regalito" que pidió, y así, infinidades de amigos que lo que hacen es joderte la existencia, desde que repartieron los fulanos papelitos hasta que comienza el: "y fulana a quien le regala".

Reconozco que, con el paso de los años, esto del amigo secreto se ha ido modernizando. Te entregan tu papelito y en seguida hacen una lista de los posibles regalos que quieren, tanto tu amigo secreto como tú, y colocan un máximo de dinero que se puede gastar en el detallito a regalar, sin embargo, aún tomando estas precauciones, siempre te regalan lo que no quieres o terminas gastando más en el regalo que vas a hacer que en el que recibes.

La verdad no se quien habrá sido el pionero o pionera de esto del intercambio de regalos, pero la verdad no estuvo bien pensado. Es que si no te gusta lo que te regalan los amigos conocidos, ¿cómo demonios va a gustarte algo que te regala un amigo secreto?. Además, siempre te regalan algo que creen que necesitas: "Hay chica es que yo veo que ella no te usa pulseras, pues venga, a regalarle pulseras" y no se dan cuenta que la amiga no usa pulseras simplemente porque no le gustan. A mi me han regalado infinidad de camisas de tiritas, o ajustadas, porque es que "chica, como tu eres flaquita, te deben quedar bien, además no te he visto ni una así". AMIGA, NO ME GUSTAN LAS CAMISAS ASÍ, ¡¿VALE?!

Dicho esto, paso a relatar lo ocurrido un fatídico día de diciembre- porque hay que agregar drama cada vez que se habla del amigo secreto- cuando, para no quedar como la rompe grupos/aguafiestas/Grinch, decidí participar en esto del intercambio de regalos.

Y me dieron mi papelito. Y la que me tocaba pidió la cosa más sencilla de la vida. Y yo pedí algo que en verdad necesitaba. Y pensé en un lindo detalle para entregar el regalo más sencillo de la vida: La niña ésta pidió Pirulines, obvio no le podía llevar las latas así sin más ni más, ¡no Señor! Yo, en cambio, me inventé regalarle una caja de madera, pintada a mano, con los pirulines ordenados hermosamente en su interior; pensé en este detalle porque compartí una clase con esta niña y de verdad la aprecio, además porque todos los accesorios que uso son creados por ella, vamos, que el detalle estaba hecho específicamente para ella y para nadie más, era un regalo intuitu personae pues... 

"¿y fulano a quién le regala?". "Bueno profesora yo le regalo a alguien que quería Pirulines...

SAAAAAY WHAAAAAAAAT?!!!- Gritó mi loca interior- PERO...PERO..PERO!!! Su madre!

Y veo que este demente se acerca a MI amiga secreta a darle las latas de Pirulin...

"¡Un momento! Creo que hubo una confusión: yo le regalo a esta niña, su nombre estaba escrito en mi papelito, yo anoté lo que esta niña quería y preparé el regalo especialmente para ella"- Sentencié.

"Bueno, ¡calma chicos!. V, dale tu regalo a la persona que falta, porque esta niña no puede recibir dos regalos en un día, jeje"- Agregó la profesora.

JODER!!!

"Pues lo lamento, el regalo lo preparé especialmente para ella y si ella no lo recibe pues agarro mi caja llena de Pirulines y me voy. ¡'Nas noches!"- Y acto seguido, agarré mi caja, mi cartera y me fui, ante la mirada atónita de todos los presentes.

Así es como te conviertes en Grinch, deja de hablarte la mitad del salón y te quedas con un buen regalo. ¡Ah, y dejan de considerarte para jugar al Amigo Secreto!.

(inserte aquí la foto de la caja, porque tengo peos para subirla)