lunes, 1 de septiembre de 2014

¿Y tú qué haces?

Han pasado varios días desde el último día. Entre esos días, he intentado hacer muchas cosas: viajar, cantar, nadar, leer, visitar nuevos lugares; en fin, un montón de cosas para ocupar mi tiempo y mi mente. No nos caigamos a mojones, todo esto lo hago para olvidar, pero como ha funcionado a medias, decidí probar con algo nuevo.

Este sábado decidí salir con alguien. Un par de años mayor que yo. Delgado. Alto. Muy blanco. Ojos...tiene un lindo color de ojos. ¡Pero para nada de mi tipo!. Tampoco es que tengo un listado de cualidades, virtudes y, por qué no, defectos, que deba tener alguien con quien salga o vaya a salir, pero de verdad que este chico y yo no pegamos ni con pega loca.

Él mostraba pasión en todo lo que hablaba, incluso al hablar de una obra de arte que tuvimos la oportunidad de ver ese día. Sus ojos, esos de un lindo color, destellaban al hablar de la obra, del contexto en que se hizo, del propio autor y de la fascinación que siente por él. Me habló de lo que estudió y de lo que hace para ganarse la vida, todo esto, mientras tocaba en un piano imaginario y entonaba un montón de notas, que me hizo sonreír.
Este pana me habló de lo que hace en sus ratos libres (que son muchos), de sus ganas de irse a su pueblo, de lo mal que le va en este momento, de las únicas dos novias que ha tenido, de lo romántico que es, de sus vivencias en el exterior, de cuántas veces le quedó una misma materia, de su abuela neurocirujana, de la poesía maldita...¡Hasta eso lo recitaba con ganas!

Pero cuando me preguntó qué hacía yo, me limité a responderle: "ehm, bueno yo... yo sólo trabajo y estudio". ¡Pff, que aburrida!

Y es verdad, sólo hago eso, más nada. No hablo de ser aburrida del tipo que no sale a rumbear cada fin y luego a la playa. No, de lo que hablo es que no muestro ningún tipo de emoción al hablar de mi, de lo que hago y de lo que no. Mientras él se desvivía contándome sus cosas, yo en cambio, hablaba con un tono monótono, sin vida, aburrida totalmente. Sé que no debería compararme con él, ni con nadie, pero es que esto no está bien.

Ni siquiera un piche pasatiempos tengo, como para decir: "sí, mi vida es absolutamente aburrida, pero disfruto haciendo tal cosa y esta otra", y acto seguido, hablar con entusiasmo de lo que en verdad me gusta.

Me di cuenta que esto de ser aburrida es producto del miedo. Tengo miedo de hacer cosas nuevas y de conocer gente nueva. De dejar el postgrado, porque de verdad no lo quiero hacer, no me gusta ni un poquito. De estudiar algo nuevo, que no tenga que ver ni un poquito con lo que soy, y empezar de nuevo. Tengo miedo de volver a ver a este muchacho, porque es que no nos parecemos en nada, su mundo y el mio no son ni remotamente parecidos, y sin embargo, ese polo opuesto me hizo reflexionar sobre quien soy: una aburrida.

Así que debo hacer algo para cambiar eso, dejar de tener miedo y arriesgarme a hacer cosas nuevas y de conocer nuevas personas, para que así cuando alguien me pregunte: "¿Y tú qué haces? Cuéntame de ti", no suene como la aburrida que soy. Eso, o aprender a fingir entusiasmo.