miércoles, 6 de mayo de 2015

Up date

Ad-ver-ten-cia: (sé separar correctamente las palabras en sílabas) Aquí te va otro post depresivo.

Con hoy van cuatro días, CUATRO DÍAS, que no tengo nada que hacer en el trabajo. He calentado el puesto (con toda propiedad digo esto) todos estos días. No sé si es que no tenemos trabajo que hacer y por eso no me han asignado nada nuevo, pero lo que sí sé es que, de haber trabajo, igual no haría nada.

Con hoy van cuatro meses, CUATRO MESES, desde que ha llegado la sequía a mi vida y ya no sé si pueda aguantar otro mes más, lo paradójico es que el sábado fui a un "petit comité" y hubo un chance (de lo mas raro, debo decir) de acabar con este verano, pero no pude. Sencillamente no pude. 

Con hoy van dos meses desde que dejé definitivamente el posgrado. Me sinceré conmigo misma, después de mucho refleccionar en el vagón del metro, en la cola para que me atiendan en el Registro, en la mesa en la que espero que me entreguen el expediente, y sentada en el trono (que es donde suelen darse la mayoría de mis reflexiones), y me dije: "me deja en la parada, por fa". Desde entonces no he sentido mayor bienestar que el que me embriaga en estos momentos. Es posible que, en algún momento, me arrepienta de esta decisión; o por el contrario, siga feliz de haberla tomado, pero eso no lo sabré sino hasta dentro de algún tiempo.

Con hoy van cinco días, CINCO DÍAS, que me planteo seriamente el salir del país. Este es un tema sensible para mi, puesto que no puedo imaginarme lejos de aquí, de mi tierra y de los míos. Admiro a aquellos que se han ido a buscar algo mejor, al igual que aquellos que nos quedamos, pues si lo logramos aquí, lo lograremos en cualquier lugar. Sin embargo, esta idea no deja de rondarme por la cabeza todos los días y cada vez más está empezando a agarrar forma. Pero ya veremos.

Finalmente, con hoy van un montón de días (pues he perdido la cuenta) de las veces que he tenido que sonreir o aparentar estar bien, cuando en realidad lo que quiero es echarme a llorar. Y no sé qué hacer, pero es súper chimbo. Este guayabo parece eterno y parece no acabarse con nada. Como dicen por ahí: salí de Guatemala a Guate-peor. Y también dicen que lo bueno se hace esperar, y no sé si soy yo la que se está dando la bomba del siglo, o el extraño ese que no termina de llegar, pero apuesto a que cuando llegue va a ser B-R-U-T-A-L.

Con hoy van tres años y tres meses que esta es la única forma que tengo de desahogarme. Seguiremos informando.