miércoles, 18 de diciembre de 2013

(Tun tun) Es el Pasado



Normalmente, en estas fechas decembrinas suele tocar a su puerta la "gente de paz" diciendo que le abras la puerta que ya es Navidad. Esto no ocurrió.

En su lugar, tocó a su puerta la "gente de pas(ado)". Bueno, la puerta estaba abierta, sólo que esta vez decidieron entrar. Aunque pensándolo bien, no era un gentío, sólo era una persona...

- Hola- dijiste.

Y ellas, que ya se habían acostumbrado a volar en formación durante los últimos años, ahora son un puñado de tontas locas que se tropiezan unas con otras, sin rumbo y sin dirección contra las paredes del estómago.

Y él, que había pasado con 20 puntos la prueba de los 21K, lo de la abuela, las últimas idas al pueblo, la graduación y el final de temporada de Grey's Anatomy (esto últtimo es mentira, yo no veo esa pargada, pero quiero agregarle drama al asunto) empezó con un latido brusco, desmedido, ansioso de gritar: "¡Vivo! ¡Estoy vivo!", todo descontrolado, y a punto de salirse del pecho.

Y ella, que se mantenía amarrada a mis caderas, como si piel y tela fueran solo una, de pronto se encontró perdida en algún lugar remoto de China.

Y la niña andaba toda sonreida, jugueteando con un mechón de cabello, con ojos abiertos y brillantes, con la atención a millón (y la tensión también) por averiguar lo que luego le dirían, por vivir aquí y ahora lo que no vivió en otras épocas...

Y anoche, por primera vez en mucho tiempo, logró dormir. Dejó de verlo en sueños...

No estoy buscando, como la mayoría de las mujeres lo hacen, la señal de algo, o el código cifrado, o lo que no leí entre líneas, o las letras pequeñas del contrato. No.

Al contrario, un "Hola" sólo es un "Hola", y "el resto de las cosas que dijiste" son sólo "el- resto- de- las- cosas- que- dijiste". Entonces, ¿Por qué si el pasado toca la puerta y entra de sopetón, con el mismo discurso que diría cualquier otra persona de las tantas que hay en el mundo, las mariposas, el corazón, las pantaletas y la niña tuvieron esa reacción? ¿Qué hacen mis pantaletas en China y por qué se me siguen cayendo? ¿Por qué, de pronto, sienten un subidón de energía? ¿Por qué todos se sienten vivos de repente, si ha pasado tanto tiempo? ¿Por qué?

Supongo que el tiempo, ese que es tan perfecto para Dios, me dará las respuestas. Mientras tanto:

Pasado, pasa adelante, bienvenido otra vez.
 Pero eso sí, no hagas desastres esta vez, ¿de acuerdo?
Que ahora todo está en orden por aquí y prefiero que se mantenga así.

lunes, 2 de diciembre de 2013

El aquí y el ahora

Ahora no estoy ansiosa por el futuro, aquí vivo en el presente.
Ahora cambié de actitud y aquí me va bien.
Ahora sé lo que quiero y como lo quiero, aquí tengo la oportunidad de lograrlo.
Ahora tengo el enfoque, las ganas, las fuerzas y aquí se nota.
Ahora te escribo sin importar nada... tú sigues sin aparecer por aquí, pero ahora no me importa, no como antes.
Aquí hay una nueva mujer que ahora piensa en sí misma

Aquí hace un frío terrible, ahora busco una cobija.
Aquí y ahora. Ahora y aquí... Ya me enredé.
Aquí y ahora hay paz, mucha paz.
Aquí se vive el ahora. Aquí y ahora se está feliz.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Del futuro y otras incertidumbres.

Hace algún tiempo escribí que no sabía qué hacer con mi vida. Bueno, eso aún no ha cambiado.

Me he hecho tantos replanteamientos en estos últimos meses que para cumplir con todo lo que he pensado debería tener las siete vidas de un gato, no obstante he logrado cumplir una de las metas más importantes de este año y el siguiente paso sería buscar un trabajo (sí, es que al final me decidí y dejé el que tenía, a mi el modo Esclava Isaura no se me da), el asunto está en que no quisiera trabajar de esto pero, paradójicamente, es lo único que sé hacer. Por ahora.

Y de pronto se aparecen miles de si (condicionales, siempre condicionales) en mi cabeza: Y si busco un trabajo de esto para cumplir la segunda meta
Y si empiezo de nuevo, total, no sería la primera vez
Y si hago el postgrado de una vez, debería hacerlo, pero no se si quiera
Y si quiero hacerlo pero no se cual de todos
Y si estudio una cosa diferente, algo que de verdad me apasione
Y si...
Y si...
Así se me van las horas y un montón de neuronas, y no me decido.

Por otra parte, ya la mayoría de mis amigas se están comprometiendo. Ya están viviendo su futuro, que ya no es futuro sino presente, y que para mi se ve tan lejano. Muy muy lejano. Sigo pensando en un imbécil que de seguro ni se acuerda de mi, imaginado todos los posibles escenarios en los que podamos reencontrarnos de nuevo (en todos siempre estoy bien y él mal por haberme perdido), preguntándome si esto de verdad va a ocurrir o si es sólo un mal consuelo o el producto de todas esas tonterías que suelen decirnos las personas en esta situación o lo que hemos visto miles de veces en novelas. Aquí también aparecen los miles de si, agolpándose en mi cabeza, gastándome las neuronas.

Se me acaba el tiempo y debo tomar una decisión. Creo que no la termino de tomar porque tengo miedo, de las dos cosas: de fracasar o de triunfar, de lograrlo o de morir en el intento, de vencer o de resultar vencida... Supongo que debería dejar de pensar y empezar a actuar y dejarme de mariqueras, porque hasta tú, que estas leyendo esto, habrás pensado con absoluta certeza, que estas son mariqueras y nada más.

No me queda de otra que seguir el mantra que decíamos siempre en el cole: "Adelante, siempre adelante. Dios proveerá*". 
 Y así Dios se come un poquito este marrón

* El anterior mantra del que hablé, es en realidad un pensamiento de Madre Carmén Sallés.

viernes, 31 de mayo de 2013

Otros pensamientos aleatorios

Desde hace mucho que no escribo. También ha pasado bastante tiempo desde que no realizo ningún tipo de actividad física. En estos momentos puedo ser perfectamente catalogada como una ñoña sedentaria y aún así no sentirme mal por ello. Por ahora.

Quiero resumir todo lo ocurrido en estos últimos meses desde que dejé de escribir y eso implicar recordar detalladamente todo lo que ha sucedido, sin embargo, a estas alturas del año creo que sólo recuerdo con propiedad mi nombre y mi C.I.

Me siento como en los últimos kilómetros, quiero hacerme a un lado, dejar de correr y quitarme los zapatos, pero luego recuerdo la increíble sensación de haber logrado el objetivo, de haber hecho el último esfuerzo posible (e imposible) para llegar a la meta, que en seguida se me quita todo el cansancio y todas las ganas de renunciar, al fin de cuentas, queda poco, muy poco.

Me he replanteado mi vida una y otra vez desde enero: "Aja, te vas a graduar, ¿y? ¿Qué vas a hacer? ¿ Vas a seguir en ese trabajo, o lo vas a dejar? Y si lo dejas, ¿cuándo lo harás? ¿ Te vas a dedicar a esto toda tu vida, o vas a hacer algo diferente? ¿Te vas a quedar en Caracas?... ¿Qué quieres hacer? De verdad, ¿QUÉ QUIERES HACER?  OYE, ¿Que qué quieres HAAACERRRR?
(aún no sé qué quiero hacer, o cómo lo voy a hacer)


El caso es que ando como en un limbo, porque por más que le doy vueltas al asunto aún no decido qué hacer con mi vida... Mientras tanto, voy a seguir estudiando porque ya queda poco tiempo para terminar y no puedo permitirme un fracaso en ese sentido (esto sí te lo tengo claro, mameta) y ya luego veré mis opciones y tomaré una decisión.

 Ay Diojn, ¡¡¡échame una ayudaíta!!!






sábado, 2 de marzo de 2013

Más allá de los 21K



  Es preparación. Entrenar durante seis meses no fue fácil, sobre todo cuando tienes que pedirle prestado algo de tiempo a Morfeo, al Jefe, a la Universidad y a tu vida social.

  Es querer y poder a la vez. Es querer vivir el asfalto caraqueño y poder ver a Caracas desde otra perspectiva totalmente alentadora, en la que un gran mar de gente se apoderó de las calles y no existe la derecha ni la izquierda, sólo un color: el verde esperanza.

  Es soñar, ilusionarse con la idea de salir de la rutina dominguera y vivir un día distinto.

  Es sentirse única frente a ocho mil personas más que luchan por lo mismo.

  Es llegar a la meta y ver a los tuyos esperándote justo ahí, orgullosos de ti y de lo que has logrado.

  Es también llorar, a veces de dolor pero mayormente de alegría.

  Es encontrar en la meta a una persona totalmente distinta a aquella que dejaste cuando empezaste a correr, insegura y llena de dudas por el reto tomado, pero que ahora es feliz, está orgullosa, segura y confiada, una mujer #conhuevos que se siente invencible y que todo lo puede, siempre que lo quiera.

  En fin, es como la vida misma. Al principio todo es fácil, estás entusiasmado por el recorrido y por el viaje que emprenderás, pero a medida que avanzas todo se vuelve cuesta arriba y quieres hacerte a un lado porque sientes que ya no puedes más, sin embargo, recuerdas que esto es lo que has querido, que lo has soñado durante mucho tiempo y te reconforta saber que al llegar a la meta está esperándote todo aquello que anhelas y por lo que te estuviste preparando durante mucho tiempo; es dejar los miedos atrás y hacer un último esfuerzo, porque al final de todo, no importa lo que piensen los demás, te sientes bien contigo misma y, más aún, eres feliz...

  Me siento orgullosa de haber participado en la tercera edición del Maratón CAF que se celebró el pasado domingo 24 de febrero y, aunque intento describir con palabras todas las emociones que viví ese día, siento que me quedé corta... Pensándolo mejor, hay una palabra que resume todo lo que siento:

¡F   E   L   I   C   I   D   A   D!  


jueves, 10 de enero de 2013

Hola! :)







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